Hoy el Congreso de los Diputados se convierte en una jaula de grillos multilingües, una verdadera locura, y un claro ejemplo, de nuevo, de que los políticos solo miran por ellos y sus intereses, y no por lo público. Ese capricho de poder expresarse en el Congreso en la lengua que se hable en cada Comunidad Autónoma, aumenta los gastos, se han comprado más de seiscientos auriculares, se habrá dispuesto un sistema para hacer las traducciones simultaneas, y se contratan a doce personas que facilitarán las traducciones, al menos esos son los datos que me han parecido escuchar por una cadena de radio hace un instante. Los políticos encarecen la vida política, endeudan un poco más a los ciudadanos, y nos pondrán un poco más difícil seguir sus intervenciones, y todo lo hacen para que suenen sus lenguas en el Parlamento, no existe ningún beneficio por el bien común, sino cabezonería e imposición de unas minorías frente a la comprensión de lo que allí se debata para la gran mayoría de la población que desee seguir los plenos y actos que se celebren en la Cámara.
Esos son los "salvadores" para muchas gentes que no terminan de abrir los ojos, y que deben tener una habilidad exclusiva que todo lo justifica. Este cambio no tiene justificación lógica, pues donde se va para hacerse oír, para hablarle al resto de los partidos y al pueblo, lo más normal es utilizar la misma lengua. Por otro lado, insisto, una obligación de cualquier político y cualquier persona que trabaje en lo público es la eficiencia: realizar la acción que se trate, a ser posible, con los menores recursos. Pero, una vez más, ese concepto de eficacia y ahorro los políticos se lo pasan por el arco del triunfo, despilfarrando dinero y recursos como si no hubiera un mañana, como si lo más importante de sus vidas fuere poder hablar en su lengua, en lugar de hacerse entender por todos cuantos estén presentes en el hemiciclo o a través de los medios de retransmisión de los actos del Congreso. Para mí como español esto es una caricatura en tiempo real, es el esperpento de obligar a toda España a oír sus lenguas cuando no tenemos necesidad de ello, ni interés por hacerlo. Nos parece bien que entre ellos y en sus territorios las hablen, pero no es una medida que facilite la comprensión entre grupos de personas que no conocen dichas lenguas minoritarias. Tampoco se trata de anularlas, pues tienen sus razón de ser en sus tierras, no en el resto de España y, mucho menos, para lanzar mensajes dirigidos al resto de los españoles.
La jaula de grillos está servida por cobardía de los gobernantes y del resto de los políticos, pues siendo éstos mayoría acceden a complicar el entendimiento en una sede nacional, con tal de conseguir permanecer en puestos de poder, tal vez, en el Gobierno. Todo tiene un orden de prioridad y sentido común, España es toda la piel de toro más Ceuta, Melilla y las Islas Canarias y Baleares. En España la primera lengua ha de ser el español y como segundas lenguas, las que se hablen en cada región o Comunidad autónoma, pero nunca debiera ser permitido que la lengua de la región se imponga o tenga privilegios frente al español, por ser parte de España. Estos acuerdos políticos solo sirven para fomentar enfrentamientos y malestar entre regiones.
Seguiremos...
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