Le está costando llegar a las lluvias a la provincia de Sevilla, anunciaron un fin de semana de agua generalizado en toda España, pero la verdad es que por aquí, de momento, cae algo de agua por la noche, muy poco, y respeta el día. A pesar de ello, hay que ver cómo ha hecho estragos la falta de lluvias del anterior invierno, así como las altas temperaturas del verano que va llegando a su ocaso. He venido a la sierra norte de Sevilla y el campo está seco, despejado de toda vegetación, los animales recorren la finca en la que me encuentro buscando allá y acá alguna planta, algo verde que pudiera estar naciendo para comer, pero lo cierto es que se llevan todo el día deambulando, subiendo y bajando montes, buscando en los pies de los árboles, que es donde han debido a veces de hallar algo de vegetación, por estar más próximo al tronco del árbol y ser un lugar algo más fresco.
Es un pequeño rebaño de unas treinta ovejas, a las que se les unen dos yeguas que hay en la finca, y las pobres, como digo, no paran de caminar en todas direcciones buscando sustento. Es cierto que el cuidador de la finca cada mañana esparce varias alpacas de paja, pero deben ser insuficientes. A la vista, las ovejas parecen estar bien de carne, o acaso me engaña la lana, pero las yeguas, pobres mías, están delgadas, no extremadamente, pero sí acusadamente. Y como dice el cuidador de la finca, el operario que mantiene las instalaciones y cuida al ganado, el propietario reniega del dinero que les cuesta alimentar a los animales, así que no comen el mejor pienso compuesto, ni se les echa en demasía, sino todo lo contrario, más bien una cantidad escasa de alimentos.
En la entrada de la finca hay un cercado independiente, en la que hay dos perros, un beagle y una mastina. La mastina está extremadamente delgada, pero dice el cuidador que está de veterinario, es al menos la excusa que da. Después visito el cortijo de la finca, dedicado a turismo rural y no le falta un perejil, una edificación grande con amplias estancias, todas las habitaciones con baños completos, cuidada, amueblada, casi por encima de sus posibilidades, decorada con gusto, no falta ni un buen mueble librería bien surtido de libros variados, distintos ambientes, piscina, barbacoa-chill out, un amplio porche, un enorme patio interior, caballerizas, fuentes, etc., pero no ha previsto un sistema de riego que hubiera proporcionado verde para los animales.
Lo que comento es una anécdota de una experiencia de fin de semana, y comparto cuatro cosas que observo del entorno, imagino que esta carencia de verde y agua en granjas de explotación debe ser terrible. Esta finca es de recreo, y los animales están para añadir algo de vida al lugar, pero no por interés económico sino para completar el carácter rural pretendido. Sin embargo, las familias dedicadas a la ganadería lo han de estar pasando mal para dar de comer a sus animales, todo a base de comprar piensos compuestos y granos, que como sucede con el resto de los productos del mercado, aprovechando las circunstancias, deben haber subido todos sus precios. ¡Pobres ganaderos y pobres animales!
Seguiremos...
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