Dice la Ley de Prevención Laboral que los puestos de trabajo se deben adaptar a las personas para minimizar el riesgo de accidentes y enfermedades. A pesar de ello, podemos ver en todas las empresas que hay puestos de trabajo desempeñados por personas en edad de trabajar, pero a su vez en edad casi de ser jubilados, requiriendo un esfuerzo continuado más propio de personas más jóvenes, que por amor propio de la persona mayor, ésta no se echa para atrás. Una condición así mantenida en el tiempo puede ocasionar lesiones y enfermedades, que repercutirán en mayores gastos en sanidad, gastos que la Seguridad Social tendrá que asumir.
Es evidente que al final de una jornada de trabajo no se encuentran igual los más jóvenes que los mayores. Es por ello, que me hace pensar que esa adaptación de los puestos de trabajo a las condiciones físicas de las personas no se lleva a cabo correctamente. Hay una población joven sin poder acceder al trabajo porque las empresas no crecen al mismo ritmo que la población en edad de trabajar, así el desempleo juvenil es tan abultado, y los jóvenes se ven privados de poder hacer planes de futuro, crear sus propias familias, adquirir sus viviendas, tener sus hijos, etc. Debido a lo indicado, sería más acertado, por un lado ir haciendo un relevo en todos los puestos de trabajo desempeñados por personas mayores y, por otro lado, organizar el aspecto interior laboral de las empresas, para que las personas mayores fueran progresivamente realizando tareas más livianas, más propias de su edad y condición física. El mayor tiene la experiencia de los años trabajados, aunque a veces pueda tener menos conocimiento y peores facultades corporales para abordar ciertos trabajos, pero como he visto, la experiencia suple la carencia, pues los mayores deducimos, como digo, no por conocimientos, que también, pero por las múltiples situaciones similares en las que nos hemos visto inmersos.
En un grupo de trabajo de varias personas jóvenes, se podría asignar a una persona de mayor edad para simplemente revisar, observar como se está trabajando, orientar, ser una forma de mentor del grupo, y yo creo que lograría la empresa un mejor rendimiento, mejores terminaciones, mayor eficiencia, porque el mayor se dispersa menos y suele tener una medida diferente de la obligación y el compromiso, claro está que hay excepciones, pero por lo general es así.
Desde mi punto de vista solo quedan dos aspectos a abordar: el salario y la edad desde la cual se comenzaría a aplicar esa reducción de jornada o el cambio a tareas más livianas. En cuanto al salario, los empresarios lo primero que harán es reducir el salario de todos aquellos mayores a los que se les reduzca la jornada, incluso querrán negociar el de aquellos a los que se les asignen tareas más ligeras, pues interpretarán que su rendimiento va a bajar, que serán menos productivos en la empresa, cuando como explico, no tiene por qué repercutir en ello sino todo lo contrario, pues al estar a cargo de un grupo de jóvenes, la producción del grupo podrá incrementarse y la calidad del trabajo mejorar. Si la solución fue reducir horas de trabajo, sí estaría justificada la reducción del salario abonado por la empresa, pero debiera ser suplido por una cantidad similar a la dejada de percibir, como si se tratara de una jubilación parcial, para que la persona y su familia no pierdan poder adquisitivo. En cuanto a la edad a aplicar, bien podría ser a partir de los 55 años, siempre dependiendo del estado físico en que se encuentre la persona, y si es su deseo pasar a una media jornada, pongamos por caso, y que un joven pueda ir integrándose en la empresa realizando esa media jornada, hasta que el mayor pase definitivamente al estado de jubilación. Creo que algo así ya se viene aplicando, lo que desconozco, si entre la ida y la venida, el mayor deja de percibir un montante igual al que percibía mientras estaba en activo al 100%. Para algunos todo el asunto de prejubilaciones o jubilaciones parciales y pagos por parte de la Seguridad Social es inasumible, pero no se paran a pensar que las personas tienen necesidades y facturas que pagar, y que el sistema piramidal de la Seguridad Social, tal vez deba ser modificado o transformado para ser una partida incluida en los Presupuestos Generales del Estado, al que debamos contribuir todos los ciudadanos con nuestros impuestos para asegurar los ingresos de todos nosotros, porque todos los que ahora trabajamos nos tendremos que jubilar en algún momento.
Seguiremos...
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