Los cuerpos de seguridad llevan toda la vida tratando de luchar contra el narcotráfico y los resultados son los que son, en todas las ciudades españolas hay barrios, lugares y personas que llevan toda la vida moviendo sustancias estupefacientes. Hay quien dice que no debería estar prohibido su consumo, y que de esa manera, al estar regulado y venderse en locales legales, se acabaría con el tráfico ilegal; bueno, con el tabaco es así y, sin embargo, existe tráfico de tabaco.
Si la ciudadanía decide mediante referéndum, que es como se debería de tomar las decisiones que afectan a la población, que se debe poner fin a la venta de drogas, no queda más remedio que vigilar a ciertas secciones de los mismos cuerpos de seguridad, porque son ellos los que facilitan al narcotraficante que entren las drogas. Son muchos los reportajes en los que culpan a agentes de cuerpos de seguridad, aduana, etc., de estar metidos en el ajo, de estar untados por los narcos para que hagan la vista gorda. Esto en primer lugar, y en segundo lugar, la colaboración de la Administración Pública es necesaria, debiendo estar entrelazados sus sistemas informáticos, de tal manera que se crucen los datos entre las diversas secciones, pues a todos nos llama la atención cantidad de gente, muchas veces, jóvenes que conducen coches de alta gama y marcas carísimas, que no están en consonancia con las personas que los conducen. Al cruzar datos se averigua quién es el propietario de un vehículo de alta gama, qué ocupación desempeña, ingresos que declara, etc. Al menos tres áreas de la Administración estarían implicadas en esas consultas: Jefatura de tráfico, Seguridad Social y Hacienda. La información que se obtuviera revelaría el por qué y el cómo se ha podido adquirir un coche de esos tan exclusivo, de alta gama y precio elevado. Aparte del control continuado de la policía en esos barrios que todos sabemos que se mueve la droga, casi al punto de tenerlo cercado y llevar control del que entra y sale, no digo que paren a todo el mundo y lo identifiquen, pero solo la presencia policial diaria, las veinticuatro horas, ahuyentaría a los implicados en el mundo de las drogas.
Lo que no es de recibo, es que dentro de los cuerpos de seguridad, como cité antes, haya agentes rasos y mandos también, que colaboren, que obstruyan la investigación de sus compañeros. Incluso ha habido casos de agentes a los que se les ha cogido y no se les ha puesto en la calle. Recuerdo un documental acerca de un periodista que contacta con un traficante español que iba a ir a Colombia a comprar un contenedor de cocaina y le pide que le permita acompañarle y grabar todo aquello que los narcos no tuvieran inconveniente en que se documentara. Así lo hacen, evidentemente, solo podía grabar ciertas cosas, la gente salía con pasamontañas, el periodista era encapuchado para realizar los diversos trayectos para que no supiera las localizaciones de donde estaban las plantaciones o los laboratorios clandestinos. En un momento de la entrevista, el periodista le hace la siguiente pregunta al traficante español: "No debe ser fácil meter un contenedor en España, ¿no? ¿Por dónde entran esos contenedores?". La respuesta no se hizo esperar: "Con ayuda de la policía, de la guardia civil y de los agentes de aduana. Todos están untados. Incluso algunos ya no quieren que les demos dinero, sino que nos encargan trescientos o cuatrocientos kilos para venderlos por su cuenta". "Entran los contenedores por los puertos de Barcelona, Castellón y Algeciras". Los mencionó como las principales entradas de la droga en la península.
Hay gente que vive muy por encima de sus posibilidades, en cuanto a status social, empleo conocido, nivel de formación, educación, etc. y esas personas serían localizadas si se cruzaran los datos que debiera tener la Administración en sus archivos.
Seguiremos...
No hay comentarios:
Publicar un comentario