Parecía incombustible, todos creíamos que nunca sucedería, le veíamos en actos oficiales con sus abrigos largos en tonos pasteles, su sombrero y su bolso siempre asido de la mano. Pequeña, un tanto encorvada por el paso de los años, seguida de cerca por su hijo Carlos, el eterno príncipe que nunca veía el día que fuera a reinar, a coger el trono, pero ese día ha llegado.
A todos nos llegará el día de la partida y ayer se fue para siempre la reina Isabel II de Inglaterra, dejando, por fin, vacante el trono para su hijo Carlos; el que no ha tenido muy buena prensa entre adulterio cuando estuvo casado con Diana o sus negocios turbios, dinero recibido indebidamente, etc.
La monarca falleció ayer en el Castillo de Balmoral a los 96 años. Descanse en paz. Carlos en adelante rey, pasa a llamarse Carlos III, cosas de las monarquías y las sucesiones. Ahora le toca hacerse con las riendas de un país que sigue fuera de Europa y sumido en una crisis como la que padecemos todos, energías por las nubes, huelgas y nosotros a la espera de que se abra el testamento, a ver si por fin nos deja el peñón de una vez, ¿creen que caerá esa breva? Es broma como entenderán, los británicos están aferrados al peñón, y aunque no lo quisieran, no lo soltarían con tal de seguir dándonos por el culo.
Todo es natural o normal, la gente se muere y desaparece de esta dimensión, dejémoslo ahí, y como se suele decir: la vida sigue. Pero nosotros seguimos teniendo a los ingleses en casa, ya nos gustaría recuperar el Peñón de Gibraltar y sentirnos completos, sin intrusos en el comedor. El Tratado de Utrecht firmado en 1713 sigue en vigor, e Inglaterra se sirvió de la pugna en la sucesión de Carlos II y se lió la gorda entre si debía sucederle un Borbón o alguien de la Casa de los Austria, dando lugar a la Guerra de Sucesión entre los años 1700 y 1713. Aprovechando la situación de inestabilidad, el almirante Rooke, en 1704 ocupó la isla de Menorca y el Peñón de Gibraltar. En el Tratado se estableció que fueran los Borbones los que asumieran la Corona española al tiempo que España renunciaba a los derechos sobre el Peñón. Inglaterra devolvió la isla de Menorca, pero no la roca. La historia, a veces, da estos reveses y nos tocó, tenemos un paraíso fiscal en nuestras tierras. Sería para que nos fuéramos acostumbrando a las cloacas, y vemos que nuestros legisladores aprendieron bien la lección, aprecian, valoran y mantienen las cloacas del Estado.
Reina Isabel II, desde donde quiera que estés, intercede por nosotros para que nos sea devuelto el Peñón, que ya son muchos años y lo echamos de menos. ¡Ah! D.E.P.
Seguiremos...
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