Que vamos mal, económicamente hablando, es evidente. Que la deuda pública se eleva, es evidente. Que los precios hace tiempo subieron, y que los salarios siguen estancados, es evidente. Que hay una pésima gestión económica del país, es evidente. Lo que todos hacemos en nuestras casas es reducir gastos cuando se dan las circunstancias que tenemos. Tratamos de recortar de todo lo superfluo o, menos importante, para llegar a fin de mes y haber podido pagar facturas, hacer frente a nuestras obligaciones en general, y comer.
Lo que me parece un disparate, es que el gobierno se muestre ajeno a la debacle económica y siga el mismo ritmo de gastos de tiempos atrás..., y subiendo. En estos tiempos no se puede seguir subvencionando a diestro y siniestro. No se puede seguir dando donaciones a la ONU, o seguir añadiendo miles de millones a campañas minoritarias en las que se obcecan algunos de los ministros o ministras del gobierno. En tiempos en los que vamos mal, no se puede anunciar que se van a sustituir móviles, tabletas, y demás equipos tecnológicos a todos los Diputados y Senadores, porque es un gasto que no nos corresponde pagar a los ciudadanos. El que quiera un móvil de última generación, que se lo pague de su bolsillo, como hacemos los demás. Eso es un abuso de poder y un despilfarro del dinero público. Que sus señorías cobren varios miles de euros de salario, otros varios por asistir a comisiones, otros varios por vivir fuera de su localidad habitual, etc., es otro abuso. Que sus señorías sigan manteniendo el mismo ritmo de vida a costa de la ciudadanía, sin tener el detalle, de reducirse sus emolumentos, es una desconsideración y muestra el marcado rasgo de caradura de las mismas.
En el mismo sentido, que siga la lista de los 700 defraudadores metida en el cajón de Sánchez, el que antes de ser presidente del gobierno tan bravucón era, espetando a la cara de M. Rajoy (el de los sobres en negro y apuntes de Bárcenas) que dicha lista la haría pública en cuanto llegara al poder, pues ya lleva tres años y nada de nada. Seguramente aparecen en el listado nombres que según él no debieran estar o son de los suyos. Pues si los tiempos son los que son, hay que poner dicha lista en manos de la justicia, por si le coge con ganas de trabajar a esta Institución y de hacer bien su trabajo por fin, y condena a los defraudadores, no solo con penas de cárcel, que también, sino con la exigencia de devolver el dinero robado, no declarado, y por el que no han tributado como el resto de ciudadanos honestos.
Si la cosa está tan mal, por qué no se le da una vuelta a la corrupción de los últimos años y se hace lo mismo que acabo de mencionar en el párrafo anterior, destapar, levantar alfombras de peste y corrupción, ir a por los culpables, tanto corruptos como corruptores y hacedles pagar todo lo que no pagaron en su día, así como exigirles que devuelvan lo que se llevaron indebidamente.
Si la cosa está tan mal, por qué no se exige a las Cajas de Ahorros los dineros que se prestaron para paliar los agujeros que los políticos en sus consejos de administración propiciaron. Por qué no se pide responsabilidad a esos políticos, que son los principales responsables. Por qué no se pide responsabilidad y devolución del dinero prestado a la entidades bancarias que absorbieron a dichas Cajas, en los casos en que fuera así, y hubieran desaparecido.
Si la cosa está tan mal, por qué no se reduce la Administración Pública, como dicen muchos: por qué no se le quita grasa a la Administración. Me refiero a reducir personal, hay cantidad de gente enchufada por los diferentes partidos que han gobernado o gobiernan, que meten a sus afines, a sus compromisos, a amigos y familiares; personas que ocupan puestos de trabajo sin la formación necesaria, sin el conocimiento ni la experiencia necesaria para desarrollarlo adecuadamente. Hay cantidad de cargos públicos ocupados por políticos, que no saben hacer la "O" con un canuto, pero que fueron puestos a dedo, como compensación de los favores hechos a sus partidos.
Ya he dado suficientes pinceladas para que aquellos que quieran abrir los ojos, lo hagan. Para que los que puedan adoptar medidas, las tomen, pero me temo que todo seguirá con la misma inercia, o sea, marchando hacia el abismo, tratando que cada día nos llegue más y más dinero de la UE, porque nuestros gobernantes, que no lo son, que no saben ser eficientes gobernantes o dirigentes, se han acostumbrado a vivir de la renta, de lo que escatiman de dinero público y del maná que brota de la fuente europea. Los gobernantes no saben ni se detienen a proyectar un plan de país que llegue a producir por sí mismo y no dependa de fondos de aquí o de allá, que al final se convierte en deuda pública, dinero que debemos cada español y española.
Hay mucho por hacer y poca es la voluntad de los políticos por alcanzar los objetivos que algunos pensamos y ellos ni siquiera se imaginan.
Seguiremos...
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