Debido a que la Ministra Yolanda está tratando de negociar precios con empresarios, apuntaré lo que es lógico para mí, lo cual no significa que esté en posesión de la verdad absoluta, ni mucho menos, pero ya veremos.
En primer lugar voy a centrarme en la electricidad, por ser una gran estafa la que estamos sufriendo al pagar toda la electricidad al precio de generación más alto, más una serie de impuestos, topes, etc., que el gobierno se ha inventado y que incluye en las facturas, porque el gobierno tiene que sacar tajada y no se conforma con la contribución de toda la población mediante el correspondiente IVA de esas facturas.
Desde mi punto de vista, alguien del Gobierno se debe dirigir a las eléctricas para conocer cuanta electricidad se genera diariamente. Por qué medios se obtiene dicha electricidad. Cuál es el coste de generación de electricidad por cada uno de los medios. Cuál es el promedio de los costes obtenidos. Cuál es, entonces, el coste de un KW/h. Se acuerda un beneficio razonable para así obtener el precio de venta regulado y ajustado, igualmente razonable, del KW/h. Sin añadir más impuestos que su IVA correspondiente. Con esto se pondría fin a la estafa de las eléctricas, que sufrimos con el actual consentimiento del Gobierno.
La manera de abordar los demás precios de productos de primer orden y necesidad sería la misma. Alguien del Gobierno se dirige a las explotaciones agrícolas y ganaderas para conocer la producción de leche, hortalizas, verduras, frutas, carne, etc. Cuál es el coste real para los productores incluido impuestos. Acordar con ellos unos beneficios razonables, así como el precio mínimo al que le deben comprar sus productos y legislar para impedir el abuso. En esa misma ley o decreto de emergencia por necesidad de asegurar el bien de la gente, hay que dejar claro que si algún intermediario ofreciera un precio más bajo al fijado como mínimo, podría ser denunciado por los productores y la empresa del intermediario se daría de baja. La otra parte es legislar una tarifa máxima, razonable, a la que se puede vender esos productos en los comercios al consumidor final. De esta forma todos ganan lo suyo, nadie pierde, incluso la ciudadanía. El mercado ha de estar regulado porque ya hemos visto los resultados de un mercado libre, que pone los precios que mejor les parece, aprovechando cada episodio de la vida aunque no le afecten. El Gobierno tiene una obligación prioritaria, asegurar el bienestar de la población. Si tiene voluntad de hacerlo, tiene herramientas para ello.
Como habrán visto, son operaciones rutinarias, nada imposibles de realizar. Beneficia a todos, aunque los que se han acostumbrado a explotar los bolsillos de los ciudadanos por encima de nuestras posibilidades, serán los que se sientan más perjudicados porque mermarán sus beneficios, pero a todos se les respeta sus costes y se aplica sus beneficios; realmente nadie pierde y sí, todos ganamos.
Seguiremos...
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