Nos hemos acostumbrado a tirar para adelante a pesar de todos los obstáculos que se presenten, no tenemos más remedio, la vida continúa, es la sucesión de instantes, o los vivimos, o morimos. Es así de sencillo, pero esto no impide que un día, tal vez hoy, comencemos a reaccionar, optemos por hacer algo para paliar la crisis, la inflación, las normas injustas, los abusos, los saqueos, o las estafas a las que estamos sometidos, debido principalmente, a mi manera de ver, por la falta de valentía del gobierno.
Ayer en Twitter, como tantos otros días, se comentan cosas, a veces interesantes. Varias personas opinábamos, dábamos nuestro punto de vista sobre los excesos en los precios, y como se viene barajando últimamente, hacíamos alusión a la necesidad de quitarles las tonterías a la estafa que soportamos por parte de las eléctricas, la necesidad de intervenir los precios y no dejarnos engañar, otra vez, por el gobierno en esos pases de trilero que tan bien sabe hacer. Maquillar la situación, simular rebajas de precios compensando a los suministradores con partidas de dinero que les hace llegar por la puerta de atrás, al fin y al cabo, dinero nuestro, o sea, que si no pagamos sus precios directamente, lo hacemos indirectamente. También comentábamos la necesidad de quitar de en medio a los intermediarios del sector de la alimentación, pues todos vemos en la tele cómo se quejan los productores de alimentos, los agricultores y ganaderos, porque están abusando, les están abonando casi por debajo de los costes de producción y están cerrando sus explotaciones. En un momento dado alguien apuntó como solución de lucha contra los precios y los abusos de los intermediarios que podíamos organizarnos por asociaciones de vecinos para efectuar las compras directamente a los productores y no en los centros comerciales, creo que es algo a valorar y a promover, después habrá que organizar cómo se podría hacer realidad. Pero no digan que no es positivo que haya personas con inquietudes, que piensen y, sobretodo, que sigan confiando en que podemos hacer cosas juntos. Para mí eso indica que somos capaces de sentir desde otro nivel diferente al que nos vende y para el que nos programa este sistema putrefacto y salvajemente capitalista.
Antes dije de paso lo de las acciones del gobierno, acciones a las que nos viene acostumbrando como si las mismas fueran la panacea. Ejemplo lo de los veinte céntimos en los precios de los combustibles para unos meses, ¿después qué?, aparte de eso, ¿qué solución es no pagarlo directamente, pero sí cuando toque pagar impuestos, acaso todo lo que ponga el Gobierno no sale de nuestros bolsillos? Ahora ha cogido otra moda engañosa, la de topar impuestos, reducirlos en ciertos productos, poner un impuesto contra los beneficios de ciertas compañías, dicen que tratando de que tengamos más dinero o que paguemos menos, pero no lo veo así, pues cuando esto suceda, a las compañías les cuesta poco seguir subiendo precios para que sean los clientes los que compensemos sus pérdidas de beneficios. Hay que intervenir los precios finales de los productos necesarios, primarios, básicos, como quieran llamarles. Ahí si que no hay otra, sabemos que vamos a comprar luz, combustibles, o alimentos a un precio máximo impuesto por el gobierno por el bien general, como dice el Art. 128 de la Constitución. Pero este paso es duro, intervenir empresas tiene mala prensa, porque la prensa es de los empresarios, de los grandes grupos, y dicen lo que más les conviene a ellos. Es una medida anti popular, anti libertad de mercado, pero cuando el abuso y la estafa se impone, alguien tendrá que pararles los pies. Y ante el chantaje de siempre, de cerrar la fabrica, despedir personal, deslocalizar la producción, etc., el gobierno ha de mostrarse firme, incluso llegando a expropiar la industria de que se trate. No estamos jugando, se trata de vivir dignamente, no de ser explotados, y se es explotado cuando se tienen que dedicar más horas de trabajo para pagar facturas abusivas porque el gobierno consiente la estafa de unos y otros.
Seguiremos...
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