Los políticos siguen hablando de la clase media, todo por y para la clase media, al menos ese es su postureo, como si alguien, en tiempo que no haya elecciones, le importara mucho; la utilizan como si de una navaja multiuso se tratase. Son un poco pesado con la clase media, tratan de dirigirse al mayor número de personas cuando quieren atraer tendencia de voto en un futuro próximo. Todos quisieran esos votos para sí, todos sueñan con la derrota de los oponentes y la gran victoria por goleada de su partido. Todos, como siempre digo, quisieran gobernar como dictadores, sin oposición alguna, con mayoría absoluta, el ordeno y mando para ellos.
Una vez introducida la idea de la critica de hoy, pienso que los políticos se deben centrar en los que menos tienen y más pudieran necesitar. Si hay alguien a los que más se deba ayudar, serán estas personas que más hundidas estén en la pobreza. Aún en estos casos, defiendo que si se les dan ayudas, se les debe pedir un trabajo, un servicio a la comunidad como contraprestación por los dineros que reciban y en su justa medida de tiempo y esfuerzo requeridos.
Creo que un objetivo digno es avanzar todos, pero sin dejar a nadie descolgado de la marcha, del avance, del progreso. Tal vez ese sea el más sensato objetivo que debiera tener un político, pero como en esta sociedad se venden a los poderes con tanta facilidad, lo que es frecuente es ver a los políticos haciendo lo que resulta más beneficioso a aquellos, a los poderosos, claro. Cuando los políticos funcionan así, no hay clase a la que tengan en consideración, o sea el centro de sus decisiones se desplaza, cierran los ojos ante las injusticias, ante la corrupción, ante la desigualdad, ante la delincuencia de algunos, el blanqueo de dinero de otros, la estafa al fisco, el coqueteo con los paraísos fiscales y toda esa ingeniería fiscal que pasa por tramas de empresas falsas, etc. El juego, quizás, aprendido de muchos de esos poderosos revierte en buena cantidad de beneficios y los mismos políticos deciden practicarlo, se manchan las manos, algo a lo que ya se han acostumbrado, y cuando comienzan a hacer del dinero público lo que mejor les parece, se adentran en una espiral de delincuencia y saqueo, motivo por el que se aforan, o imponen jueces en los Órganos que les pudieran juzgar.
Así que ya lo sabéis, me refiero a la supuesta clase media de este país que tan orgullosa se debe sentir de que los políticos, aparentemente, la tenga tan presente. Los políticos van a lo suyo, a perpetuarse en el poder cuanto más tiempo mejor, a llevarse cuanto más mejor, a conseguir la mejor puerta giratoria, a llenarse de ego y prepotencia, a dejar a su partido en las mejores posiciones para las elecciones, y poco más. No le importáis lo más mínimo, no le importamos, incluyámonos todos, tan solo a la hora de recaudar o de depositar nuestro voto, para lo demás, les sobramos. Perdonen, es la sensación que tengo.
Seguiremos...
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