Creo que hoy se verán las caras Sánchez y Feijoó en el Senado para debatir, principalmente por el asunto de las medidas para paliar el consumo eléctrico. Lo tengo muy claro, lo que harán uno y otro será tratar de convencer a la gente para que les voten en las próximas elecciones. Ofenderán, lanzarán improperios cuando les falten argumentos, buscarán el sensacionalismo, el ridiculizar al otro, pero ninguno pondrá sobre la mesa medidas reales que persigan de un modo urgente la bajada de precios de las energías, y ya de paso de los combustibles, pues estamos sufriendo algo parecido con sus precios.
A lo más que ha llegado el gobierno es a poner dinero, nuestro dinero al servicio de las multinacionales y grandes corporaciones que se forran a nuestra costa, sea soltando el dinero directamente de nuestras billeteras o carteras, sea indirectamente a través de los impuestos abonados al Estado. Ya éste se encarga de pagar compensaciones a los suministradores, ¿qué clase de rebaja de precios es esa que la pagamos de igual manera? Cuando hay abuso, como está sucediendo, por parte de las empresas generadoras de las energías y de las suministradoras, el gobierno tiene la obligación de andarse sin remilgos y sacar el hacha de guerra, por el bien de la gente. Los que venden, venden caro sin importarles si tú puedes llegar a final de mes o no, si puedes comer mejor o peor, si puedes comprarte un vestido o unos zapatos que necesitas, etc.
Por ese mismo motivo hay que actuar sin reparo contra ellos, contra esas corporaciones abusivas, contra la política de sus precios. El gobierno tiene herramientas, tiene ese Art. 128 de la Constitución que nos ampara y lo ampara a él. Será tarde cuando reaccione, lo hará cuando se llenen las calles de protestas, o peor aún cuando se tomen medidas más drásticas por parte de la población, después vendrán las lamentaciones. Un gobierno que no obra en favor de la ciudadanía y en contra de las mafias oligarcas abusadoras, no es un gobierno que nos represente, estará formado por personas vendidas a esas organizaciones, pero nunca serán dignos de dirigir éste ni ningún país.
Volviendo al debate, al cara a cara de los personajes citados al principio, estoy seguro que van a volver a desaprovechar, se perderán entre confrontaciones otro linda oportunidad para poner sobre la mesa soluciones al problema de la subida bestial de precios que las energías, combustibles y alimentación ha sufrido, y todos nosotros padecemos también, mermando nuestras economías. Todos los sectores que proporcionan productos necesarios, básicos e imprescindibles, deben ser supervisados muy de cerca por los gobernantes si pretenden servir al pueblo. No vale bajar precios de alimentos y que los perjudicados sean los productores: agricultores y ganaderos, hay que mermar beneficios a los intermediarios, hay que legislarlo, hay que controlar e imponer por el bien de la ciudadanía. Los complejos y la cobardía hay que dejarla a un lado, si no se hace es porque los gobernantes se venden a las empresas y algún tipo de compensación obtendrán, si no, no se entiende. En definitiva, vaticino un encuentro más de ruido electoral entre el actual presidente y el que se supone aspira a serlo en un futuro.
Seguiremos...
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