Ya está bien de soportar los
dictados de los políticos descarriados y sinvergüenzas. Ya está bien de
tenernos que comer nuestra impotencia, porque no sabemos como conducir nuestro
deseo de justicia y equidad social, para que cese esta locura gubernamental en
manos de los que dicen nos representan por haber sido votados por la minoría de
los habitantes de este país.
Tal vez, la gran mayoría está tan
harta de mentiras, de promesas incumplidas, de verborrea vana, que
sencillamente se abstiene de tomar parte en este horroroso juego de los reparto
de poder, de votos y de dineros, desatendiendo y amañando los resultados de las
votaciones de aquella minoría, mediante los pactos entre fuerzas políticas.
No podemos seguir manteniendo
esta situación de recortes, de los derechos y el bienestar de los ciudadanos
con menor capacidad económica de este país. Mientras tanto, los grandes sueldos
del país, entre los que se encuentran muchos políticos, no sufren merma alguna.
¿Cómo escapar de la trama o tela
de araña del sistema social establecido?, esto me pregunto una y otra vez. No
podemos seguir tragándonos esta falacia, que nos han ofrecido como única vía
posible de subsistencia. Es hora de reaccionar y de consensuar el modelo de
vida que pretendemos vivir, con sus ventajas e inconvenientes, pero que no ha
de ser el que nos viene impuesto por los bancos, ni por los dirigentes de
países europeos que no desean dejar de destacar, ni retroceder en sus
imposiciones hacia otros países, igualmente europeos.
Han conseguido una cosa, que les
viene bien, han sabido cansarnos para que desistamos en nuestra lucha por
nuestros derechos. Han hecho que a los jóvenes no les interesen los asuntos
políticos, que pasen muchos de ellos de votar o de manifestarse, ni les motiva,
ni creen que puedan solucionar nada. Nos han desencantado a muchos, y de esta
forma se han hecho espacio para maniobrar con los mínimos altercados públicos,
cuando la gestión de nuestros gobernantes es para colapsar las calles día si,
día no.
Dónde está nuestra dignidad ciudadanos,
dónde estamos metidos mientras estos miserables están arruinando nuestras
vidas, las de nuestros hijos, y muy posiblemente la de nuestros nietos. La
casta política no es honorable, en una gran mayoría, para la consecución del
bienestar social que nos merecemos, nos han demostrado no saber hacer prosperar
nuestro país, y han aprendido a dañar nuestros intereses, nuestra sanidad y
nuestro sistema educativo. Se cargaron el campo, arruinaron nuestra industria,
nos han convertidos en familias más pobres que años atrás, y ellos son bastante
más ricos que tiempos pasados.
Por eso, digo: Iros a casa, no
nos servís, necesitamos incorporar honestidad, humanidad y progreso en la
sociedad actual. Por favor, tened vergüenza, esta es la oportunidad que os
brindamos, esta es la amnistía que los ciudadanos os ofrecen. Habéis puesto de
moda lo de la amnistía a los delincuentes, ¿no?. Todo vale con tal de recaudar,
dirán algunos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario