Si reparten tarta, se el último,
con un poco de suerte ya no queda y te evitas unos gramos de grasa. Muchos
dirán que es de tonto llegar tarde a un reparto, pero podemos observar que en
todas las situaciones se hallan compensaciones positivas.
Solemos mirar a corto plazo cuál
ha sido el resultado aparente, del que concretamos ha sido un acto de mala
suerte o no deseado, cuando tras una breve reflexión podemos encontrar el lado
positivo de todas las situaciones.
La vida es una corriente de
energía, que nuestra mente identifica o traduce en formas y sensaciones que
producen agrado o desagrado en nosotros, pues somos como un receptor en un
circuito eléctrico. Es por ello, que nos alimentamos de la energía de la vida,
y la vivimos interpretando desde la experiencia y la memoria.
No todo lo hemos vivido desde la
ausencia de miedos, porque desde temprano siempre estuvo presente el miedo de
nuestros mayores, que deseaban velar por nuestro bienestar con una protección
excesiva, que nos cercenaba nuestra libertad al mismo tiempo que aprendíamos a
tener miedo a enfrentarnos a lo nuevo. Era una aclaración, no un deseo de echar
culpas a nadie, pues cada persona ha tratado siempre de hacer las cosas lo
mejor que ha sabido y podido, estoy seguro de ello, y por supuesto con total
ausencia de malicia consciente.
La protección y el amor son dos
componentes inmersos en la vida, con ello ya contamos todos, y ahora toca mirar
hacia delante, sonreír a la vida y a los demás seres vivos, ausentarnos de
los miedos, dar pasos aunque sean
cortos, pero no parar, avanzar en la consecución de nuestros objetivos, no hay
nada que perder y mucho que ganar. De todas las situaciones vamos a sacar una
enseñanza, de cada error obtenemos el aprendizaje de lo que no hay que repetir
y de la necesidad de girar un poco para salvar el obstáculo. Dale a cada
contratiempo su justa importancia, aquella que jamás pueda desmotivarte porque
tu gozo al avanzar, y tus logros serán infinitamente más hermosos para ti.
Cada día reflexiona contigo, en
un lugar apartado y tranquilo, hasta encontrar tu sueño, aquello por lo que
estarías dispuesto a cambiar el rumbo de tu vida, por lo que te levantarías
cada día con alegría, y por lo que vas a luchar contra viento y marea, porque
le encuentras sentido, o le da sentido a tu vida.
Una vez tienes un proyecto en el
que creas y que te apasiona, enfócate hacia él, y comienza a caminar, que no te
distraigan las opiniones de otros, porque es tu vida y tu sueño no el de ellos.
Eres tu el que debes confiar en ti, y todo lo demás llegará producto de tu
convicción. Vive cada día para conseguir tu objetivo, disfrutando el trayecto
que realizas para lograrlo, porque en este te juegas tu felicidad.
Después de este breve
esquema-guión de la necesidad de reflexionar, fijar un objetivo de vida y saber
que no hay que ir hacia atrás ni para tomar impulso, digan lo que digan los
demás; qué importa si no llegaste a tiempo para coger un trozo de tarta, a
veces sucede esto, y cuántas veces nos habremos enojados, pero por encima de
estas ridiculeces rutinarias a las que damos tanta importancia, pasan las
oportunidades de subirnos a nuestro tren, y este si es vital para nosotros
teniendo un tiempo limitado en esta existencia actual.
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