Por favor, ciudadanos del mundo,
¿es tan complicado vivir en paz?, ¿por qué tienen que pelear unos que defienden
una ideología, contra los que piensan de forma diferente?, ¿acaso no es posible
compartir el territorio?, ¿tal vez, no hay cabida para todos?, sangre,
destrucción, malos pensamientos, odio encarnizado y arraigado en lo más
profundo del ser; odio aprendido que saca lo peor de los hombres.
¿Por qué hay tantos países
haciendo ricos a los fabricantes de armas?, por favor no dediquen ni un solo
segundo más a desconfiar de sus semejantes, no empleen su potencial creativo
para desvirtuarlo en estrategias terroríficas y terroristas. Por favor,
sáquense de la cabeza todo eso, pues es improductivo y opuesto a la vida, al
amor, a la tranquilidad y al progreso.
Esta lucha se puede llevar a
muchos niveles en el vivir diario, desde fastidiar a propósito a un amigo,
conocido, empleado, compañero, etc., hasta suicidarse llevándose por delante no
solo su propia vida, sino la de innumerables personas inocentes y ajenas a la
causa del terrorista suicida.
Además de esa clase de personas
están los cobardes, que desde la sombra preconizan la exterminación de
personas, como conducta recta, animando a sus fieles o adeptos a liquidarse a
si mismo y a la barbarie de la aniquilación indiscriminada. Lo hacen en nombre
de un pensamiento político o religioso, en un acto descerebrado que propaga el
terror entre los habitantes de un pueblo.
Un denominador común de cualquier
individuo es ser feliz, tener resueltas sus necesidades diarias, y la de su
familia, tener trabajo, vivir en paz, amar, sentirse libre, vivir en un país
que progresa, ver como crecen sus hijos y posteriormente sus nietos, disfrutar
de las relaciones humanas y de la relación con su entorno natural, etc.
¿Por qué estos principios de
convivencia, estos sentimientos propios, parecen no existir en la vida de
ciertas personas?, ¿es posible que la pretensión de imponer su conducta al
resto, les cieguen hasta el punto de minusvalorar la vida?
La vida es todo lo que tenemos,
es el eje o centro de todo lo somos, sin ella todo se termina, ya no existe
ideología ni proyectos, todo es inexistente, hay vacío, la nada en esta
existencia. No sabemos si habrá algo más allá de esta existencia, por eso no es
honesto movilizar a otros, y menos aún empujarles a que pierdan lo más
importante que tienen ellos y los que van a ser liquidados.
Ni en nombre de la iglesia, ni de
ningún Dios, ni de un rey de ninguna clase, ni de ninguna ley sagrada, ni de
nada, justifica en lo más mínimo los actos aberrantes de la guerra y la
destrucción. Por favor, no sigan oyendo a quienes les empujan a ejecutar actos
sangrientos y asesinos, en nombre de no se qué tradición, ideología, etc.
Utilicen su inteligencia, conviértanse en ciudadanos amantes del mundo y de las
personas, aléjense de los locos tiranos, denúncienles, y esperemos que las
organizaciones mundiales, que a tal fin existen, cumplan con su obligación.
Las personas no quieren más
conflictos, no desean que sus calles y edificios sean destruidos, quieren que
sus niños puedan jugar e ir a sus colegios sin temer por sus vidas y sabiendo
que los verán venir de vuelta a sus casas. Hay que estar a favor de la vida
como doctrina universal.
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