Esta mañana mientras escuchaba la
radio entró una llamada de una persona mayor, pensionista, cobraba 900 euros
según dijo, y tenía a tres hijos de cuarenta y tantos años, con familia cada
uno de ellos, y sin trabajo. Decía que era de Pamplona, y que con su pensión
estaba ayudándoles, ¡por Dios, que se puede hacer con 900 euros para cuatro
familias! Añadió que iban a perder sus viviendas.
Es un auténtico drama social y
familiar, esto es de verdad, está sucediendo en muchas ciudades y pueblos, esto
es real, este es el penúltimo umbral de la pobreza consentida. Les prometo que sentí
un bajón anímico extraordinario, y a pesar de que van pasando las horas, lo
tengo tan presente que me he puesto a escribir, a volcar mi indignación,
vergüenza y malestar.
Cómo pueden los señores de la
política quemar el valioso tiempo, y digo valioso porque la situación necesita
de una pronta, urgente reacción; mientras el drama social-económico-familiar
está en nuestras calles, tal vez en nuestra ciudad, pueblo o vecindad.
Cómo puede el foco de atención
estár dirigido hacia la prima de riesgo, los bancos y los banqueros, la
asociación de empresarios, el cumplimiento del déficit, Alemania, Europa,
Bruselas, etc.
A dónde hemos llegado, qué
sentido de fraternidad tenemos, ¿es que nos hemos vuelto insensibles, y no nos
importa un pimiento lo que le suceda a los demás?, y permítanme: ¿Qué mierda de
sociedad estamos alimentando, y que mierda de mandatarios nos están dictando
sus absurdas normas, para que se consigan sus objetivos, no los que satisfagan
nuestras prioridades?
Y hablan de anti sistemas, los
condenan, los tachan de lo peorcito de la sociedad, les insultan públicamente
con el mayor desprecio; pero posiblemente estos anti sistemas sean los más
valientes de entre nosotros, y quizás los más auténticos, pues al menos actúan
coherentemente con sus ideas. Tal vez sean los únicos, porque la coherencia se
ha aparcado en el arcén, junto a muchos de los valores, hoy día olvidados, y
que tan necesarios son para vivir en armonía con nuestros semejantes.
La situación es tan crítica, que
es para que cada día se reunieran nuestros políticos a proponer soluciones. De
tal manera, que no se hable de otra cosa, de otro tema, hasta no hallar salidas
satisfactorias para la actual situación de decadencia laboral y económica que
padecemos. Muy especialmente, poner en marcha un programa de actuación
inmediata para paliar los casos más graves. Dando verdaderas soluciones, sin
que tiemble el pulso, sin que los hocicos de los banqueros, de los dirigentes
patronales y el interés propio de ciertos individuos que ostentan altos cargos;
puedan desviarles del acertado y necesario objetivo: salvar la vida de las
personas.
La integridad de las personas, y
por ende de las familias, está en estos momentos relegada a una posición muy
atrasada con respecto al lucro propio de personas y entidades, en un concierto
bien orquestado, donde el pez grande se come al pequeño, le explota, y cuando
esté a punto de morir, vendrá a ofrecerle una salvación prevista desde antes de
la provocación de la catastrófica situación.
Los que se lo están comiendo todo
hoy no nos sirven, no son nuestros avalistas, están haciendo con nosotros lo
que quieren, cómo no convertirse en anti sistema de vuestro sistema. Si nos
ofrecéis la pobreza como camino, la desindustrialización, la discriminación y
el agravio, el desahucio, el estar hipotecado como ciudadano durante muchos
años por vuestro capricho de salvar a los bancos y no a los ciudadanos. Esto es
un disparate, ustedes no tienen catadura moral para dirigirnos, no están
preparados para ello, no nos sirven y lo que es peor, no les queremos en el
poder, ¡váyanse por el bien de las personas de este país!
No hay comentarios:
Publicar un comentario