Ayer,
dos personas mayores se quitaron la vida, entregaron su bien más preciado ante
una situación que debieron interpretar de situación límite. Estaban a la espera
de ser notificados, de ser “invitados” a abandonar su domicilio. Iban a ser
dasahuciados por alguna entidad bancaria, que amparada en una retrograda ley
hipotecaria, apoyada por los políticos, se mantiene con vida gracias a la
respiración asistida.
Los
señores del congreso, pertenecientes a partidos deudores de aquellos bancos, a
los que les han condonado deudas, están condenados y obligados a forzosa
obediencia. Es por ello, que les hayan procurado meter en sus arcas miles de
millones de euros, procedentes de Europa, con cargo al gobierno de España y por
ende a todos los españoles, que no hicieron nada para encontrarse con una deuda
ajena.
Como
deben tanto los partidos, tienen que estar agradecidos, callados, y obedecer.
Ya se inventarán otra situación de alarmismo financiero, y volverán los
políticos que gobiernen a reclamar más dinero para sus señores los banqueros.
¡Europa
abre los ojos y los oídos!, ¡Europa vigila bien de cerca cómo se distribuye el
dinero y qué se hace con él!, no vaya a ser que la casa medio en ruinas falsee
los cimientos de las casa adyacentes.
No
obstante, no digamos: “De perdidos al río”, ni hay que caer en la tendencia
negativa de que nada vale, de que no hay nada que hacer, o que hacer algo es inútil
y cosas por el estilo. Precisamente es al contrario, todo está por hacer. Hemos
caído, pero no nos vamos a quedar tirados en el suelo por los tiempos de los
tiempos, amén.
Este
es un buen momento, me refiero al actual, a estos días, para pensar en nuevas
metas, para hacer nuevos proyectos, para reconstruir sobre lo que es válido,
para innovar lo que es inservible, para inventar lo nuevo, para sorprenderse y
sorprender a los demás. Es tiempo para dejar atrás los miedos, para ser más
positivos, para creer en el potencial que tenemos como seres humanos y en los
recursos que como tales tenemos.
No
se puede consentir que la única salida de las personas, afectadas por estos
tiempos de salvaje capitalismo, sea la muerte, el suicidio por impotencia,
miedo y desamparo. Los gobiernos deberían decir mucho más en este tema, antes
que tirar personas a la calle, como si de animales se tratara. Tal desamparo
solo puede hablar muy mal de un gobierno de España que sigue jugando a Europa,
mientras la gente del pueblo pierde el empleo, no tiene ingresos en muchos
casos, pasa hambre, no vive y pierde sus derechos a cada minuto.
No
debe ocurrir más, no hay que pagar con la vida porque algunos se han
interpuesto en el camino de los rayos de luz, ellos han quedado ciegos y no
permiten que la luz llegue a los demás. Este es un momento para estructurar una
sociedad equitativa, justa, que atienda la demanda de su gente. Hay que nacer
de nuevo como sociedad, porque el modelo actual está agotado, vencido y no vale
seguir apuntalando un edificio que se viene abajo.
Estoy
empezando a sentir de veras que este es un momento único. En mi existencia, en
mis años vividos no he conocido, sentido o padecido un periodo de crisis
similar al actual; y es por ello que es un momento ideal para el cambio, siento
que hay poder, lo dejo ahí.
¿A
dónde vamos, a dónde nos lleva?, no lo sé, pero presiento que se va a abrir un
momento de oportunidades y potencialidades en todos los sentidos. Puede ser
genial, así que estemos atentos y con la disposición o actitud adecuada.
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