A veces tenemos días grises, hay
momentos en los que se hace difícil escapar a tanto despropósito a nuestro
alrededor, y no es que seamos pesimistas, sino que somos capaces de sentir el
dolor. Es entonces cuando no puedo evitar sentir vergüenza de pertenecer al
genero humano, si el genero humano, como veo a diario, lo componen: seres
capaces de ignorar a sus semejantes, seres que con sus actos hacen daño a otros,
seres que trepan pisoteando al de al lado, seres que se prestan a la ilegalidad
en su propio beneficio, seres que viven en la opulencia consintiendo que
millones de personas, de todas las edades, mueran de hambre, etc.; ¿No causa,
esto, dolor?.
Cómo podemos seguir viviendo esta
barbarie legal para los gobiernos y demás estamentos de poder, aunque como
sabemos, tanto los unos como los otros son entes abstractos, por lo que sus
responsables son nuevamente las personas: Políticos, Monarcas, Ricos, y
cualquiera otra persona que por su situación e influencia social pudiera
colaborar en modificar el rumbo de la humanidad.
Mi frustración es levantarme un
día más y ver que seguimos ignorando a una parte de la población, volver a
percibir que para muchos, otros muchos no tienen cabida en este “primer mundo”,
que muchos no valoran la vida de otros muchos que son como nosotros, que tan
solo ansían comer cada día. Seres que le piden poco a la vida, nada, tan solo
lo primario, alimentarse; mientras el ocio del “primer mundo” quema millones de
dólares o euros en lujos televisivos y eventos de todo tipo: carreras de motos,
de coches, concursos, partidos de fútbol, etc., por citar algunos eventos
seguidos masivamente, para que una clase elitista haga caja.
Sé que este sentimiento mío poco
importa a esa clase que fríamente se levanta cada mañana, con el único propósito
de ganar, de llegar a lo más alto, de vencer a otros, de hacerse más famosos o
de acumular más dinero, porque sus necesidades hace años que las tienen
cubiertas. ¿Piensan en los demás, son conscientes de las muertes ocasionadas
mientras persiguen sus objetivos sin pararse, unos segundos, a ver su
responsabilidad para los que se encuentran en la más absoluta miseria?.
La corta estancia que es la vida
puede ser maravillosa si nos lo proponemos, pero es necesario que la vivamos
impecablemente, conscientemente. Si lo intentamos, todos saldremos ganando.
Si ya tienes suficiente,
comparte, hazte creativo, da vida, ¿habrá algo más maravilloso y gratificante?,
ilusiónate con un nuevo proyecto, sorprende a los más huraños que te rodean, a
los que han hecho de sus vidas una monotonía, porque no pueden salirse de la efímera
vida que han fabricado: una exhibición de poder constante, en una apariencia de
lo superfluo, pretendiendo mostrar al mundo su encasillamiento clasista, y con
ello su perdida de libertad.
La vida pasa por el lado de estas
personas, para morir solos, como lo hemos de hacer todos. Dónde están las
fortunas, los yates, los edificios, los dólares,….. ves como a la hora de la
verdad nada te sirve, nada puedes llevarte. Haz un proyecto de vida, y te
llenarás de ella, te sentirás pleno.
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