Cómo podemos proyectar una
sociedad inmediata futura, porque no sirve hablar de proyectos a largo plazo,
puesto que hay muchas familias que necesitan comer, ya no hablo de otras cosas
también necesarias pero que pueden pasar a un segundo plano.
La inmediatez se hace primordial
en este momento, y a mi se me ocurre que la salida más rápida, en estos tiempos
en los que a muchos se les llena la boca hablando de autoempleo, emprendedores,
etc., para que las personas se busquen un medio de vida es la venta ambulante
grabada con un pequeñísimo impuesto, y con una normativa sobre modos de ejercer,
“con elegancia” si me lo permiten, tipos de escaparates en carritos con un
cierto diseño y condiciones para que se adecuen a las calles de las ciudades y
pueblos.
Hablo de carritos móviles
pequeños con moderados expositores para exhibir sus productos, si llevan
comidas o bebidas, equipados con pequeñas vitrinas de frio o reducidos frigoríficos,
que se podrían alimentar a 12 ó 24 voltios con placas solares que podrían
componer el techo.
Se trata de dejar de hablar que
hay que emprender, porque aquí nadie mueve pieza, ni las ayudas son reales, ni
los microcréditos llegan. Se mueven muchos papeles que no van a ninguna parte,
ni aportan nada positivo a la persona que desea emprender. Es por eso que le
doy vueltas, y como sucede en Estados Unidos que están los vendedores de comida
rápida en las calles, nosotros podríamos
promover esta faceta de venta ambulante, callejera, con muy poco costo, casi el
preciso para comprar el producto que se quiere poner a la venta, y una pequeña
aportación al ayuntamiento donde se esté trabajando.
Si no se deja vía libre a
opciones como esta, más llevaderas y que debemos interpretar como un recurso
para procurarse un sustento para poder vivir, cómo se va a ubicar a la cantidad
de personas que están en situación de desempleo en la actualidad. Por otro
lado, la cifra de personas desempleadas se incrementa cada día, pues estamos
bajo el efecto dominó, y van cayendo las empresas unas tras otras, o bien están
aprovechando para rentabilizarse, quedándose con el mínimo personal posible
para aguantar el tirón.
La queja vendrá como siempre de
los comerciantes establecidos en locales, que argumentarán tener muchos más
gastos, pero no es lo mismo trabajar tirados en la calle, que tener unas
instalaciones más confortables, ni se produce una imagen igual de favorable en
los clientes potenciales. Este extremo tiene solución si los impuestos son
equivalentes a las compras y las ventas de cada uno de estos comerciantes, así
como a los aspectos que se han comentado; y una vez la proporción quede
establecida de un modo justo, no debería incurrirse en reclamaciones ni de los
unos, ni de los otros.
La gente no puede perder el
trabajo, porque tiene obligaciones, casa, hijos, tal vez deudas contraídas, y
hay que echarles una mano, facilitar el inicio de una actividad, poner algo en
sus manos de lo que se responsabilicen, y que se convierta en su medio de vida.
Tirado no se puede estar, sin ingresos tampoco, sentirse por obligación
inservible es humillante, que ningún empresario te quiera contratar porque eres
demasiado joven, o por que ya pasas de los cuarenta no tiene sentido, porque
tanto unos por su juventud abren las vías de la creatividad, del riesgo y del
atrevimiento, que es innovar. Y los otros aportan una mayor experiencia,
calidad y seguridad en el trabajo.
Los gobiernos se deben a sus
ciudadanos, no a los partidos y no solo a sus votantes, y tienen la obligación
de negociar vías de soluciones a los problemas de la población, y ya que oímos
tanto como oímos, y hoy no deseo entrar en ello, que se estiren y faciliten los
escaparates móviles a las familias sin ingresos, que les graben muy levemente,
y que desde mañana si fuera posible muestren que los ciudadanos son importantes
para ellos. Si siguen a lo suyo, y continúan sin mover ficha, insensibles a la
situación actual, vuelvo a pedirles: que salgan con dignidad y que se vayan.
Dejen paso a otras personas a las que si les importe la desgracia ajena, el
dolor de los demás, y que deseen aportar bienestar social.
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