La capacidad de asombro que
muestra un niño o una persona, que desconoce la existencia de algo, que
presencia ese algo por primera vez, es una forma de estar presente con todos
los sentidos atentos a aquello que está sucediendo, y es motivo de la sorpresa.
En este acto de asombro hay algo de belleza, que es la misma inocencia con la
que, la persona, se acerca y observa inmerso en la curiosidad de conocer qué es
eso.
Los mayores hemos perdido mucho
de esto salvo excepciones, y esto frena nuestro aprendizaje, además de que
poseemos menores capacidades para aprender cosas nuevas. Al menos, así lo han
proclamado los especialistas, pues parece que nuestro cerebro no se regenera en
lo correspondiente a neuronas, sino que dicen van destruyéndose a un ritmo,
parece que bastante dinámico.
No obstante, creo que el quiere y
se lo propone, aprende; aunque sea a un ritmo más lento. Así que no tiremos la
toalla, y si algunos no se encuentran con ganas de comenzar un nuevo hábito,
como el de la lectura, o navegar por Internet, etc., siempre le quedara el de
aprender de sí mismo y de su relación con los demás; solo tendrá que observar y
observarse en esa interrelación.
En estas semanas atrás he visto
un programa de televisión: Perdidos en la ciudad, que trata de unos miembros de
dos tribus: Los Suris de Etiopía, y los Shiwiars de Ecuador, que vienen a
España a vivir un tiempo con sendas familias españolas, y les proporcionan todo
tipo de vivencias: desde las domésticas hasta ir de compras, de copas, bailar,
bucear, saltar en paracaídas, ir a la piscina, a la playa, etc. Es de lo más
curioso ver la capacidad de asombro en estas personas, cómo a veces lo primero
es dar un paso atrás porque lo desconocido lo interpretan como peligroso, pero
al mismo tiempo quieren conocer, descubrir, tocar, y comprender que es o para
que sirve. Y lógicamente, para ellos tienen sentido si les cubre una necesidad
primaria, que es por lo que están acostumbrados a luchar en el día a día.
Cuando les veo, los gestos que
hacen, lo que dicen, porque son traducidos evidentemente como se puede
entender, son el comportamiento humano más elemental, básico o simple, pero que
no se me entienda mal, dicho sin ningún sentido peyorativo, al contrario, como
la faceta más clara o transparente del comportamiento humano, posteriormente
hacen sus cábalas y sacan sus conclusiones, pero es tan hermoso ver este nivel
del ser humano.
Quería hacer una mención especial
a los miembros de los Shiwiars, pues se muestran como seres abiertos, risueños,
muy amorosos, a mi me han conquistado, tienen un sentido del humor, del respeto
a la vida en general, dicen a lo largo de las emisiones tantas “cuñitas”, que
si estás atento/a comprendes que son hombres sabios.
Hoy el
escrito va por ellos, por esta gente tan linda, de la que podríamos aprender
tanto a respetarnos y respetar el medioambiente, para aplicarlo en nuestro día
a día.
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