En estos tiempos solo se habla de
aprietes de cinturón, eso sí, solo de los curritos. Se habla de crisis, de
deuda interior y externa, del BCE (Banco Central Europeo), que presta dinero a
las entidades bancarias al 1%, para que compren deudas de países en dificultades,
que les rentarán intereses del 4, 5 ó 6%, de aquel dinero que el BEC les cedió
al 1%. Se habla, también, de mini jobs, o sea trabajos de mierda de un día,
unos días, o de unas horas.
También se mueve la información
de los sueldos desorbitados de los banqueros y políticos, al mismo tiempo que
se habla del triste salario interprofesional, que por otro lado es el más bajo
de la Unión Europea. Se habla de delincuentes, que malversan fondos públicos,
que eluden la justicia, que no pagan sus impuestos porque evaden los capitales
sorteando su obligación de pasar por las ventanillas de Hacienda.
Se habla en estos tiempos, del
número tan elevado, casi escalofriante, de parados en nuestro país, de las
familias que han agotado las prestaciones, y no tienen ningún tipo de ingreso.
Se habla de los desahucios contra personas que no pueden hacer frente a sus
pagos, y para los que no existe amparo por parte de la clase política, que es
la que debiera legislar al respecto. No pudiéndolo hacer porque ello les enemistaría
con la banca, lo que pondría fin a las financiaciones de sus campañas, y
cualquiera sabe que otras cosas pagan los banqueros, para poder evadir
impuestos en paraísos fiscales, o enajenar millones como parece ser es el caso
del Sr. Botín, según hemos podido oír repetidamente en las tertulias
televisivas.
Se habla del caso Urdangarín, de
sus empresas, incluidas en las que interviene también la Infanta Cristina, se
oye de la emisión de facturas falsas, de dineros en paraísos fiscales, de
malversación de fondos, y de la benevolencia de la justicia con ellos. El Sr.
Urdangarín irá al juzgado cuando tenga preparada su defensa, cuando quite de en
medio lo que desee, y no irá cuando lo cite el Juzgado, como tendríamos que
hacer Usted o yo.
De todo ello se deduce que hay
varias España, que hay varias justicias, que algunos somos los que mantenemos
el cotarro porque estamos controlados, y que otros muchos tienen la sartén
cogida por el mango, o bien, son amigos de los que la tienen cogida; y de esta
amistad surgen los grandes empleos, los directores de empresas públicas, los
consejeros de grandes empresas que primero fueron públicas y después fueron
privatizadas. Ahora sirven de refugio a políticos retirados de la vida política
activa, aunque se manifiesten en los medios de difusión masivos para arremeter
contra los intereses y el bienestar de la población, pues somos considerados de
segundo orden por esta clase que se erige en elitista y ejemplo de la
perversión social.
A todo ello añadamos la represiva
postura de la Confederación de empresarios de España, con su jodido presidente
a la cabeza, que tan solo ve como viable para la consecución de nuevos puestos
de trabajo, el abaratamiento de los despidos, los contratos basura, la bajada
de sueldo, la ampliación de la jornada laboral y el retraso de la edad de
jubilación. Y yo le digo desde aquí, que estoy hasta mis partes nobles de
individuos como él, y le digo que el tiempo de los esclavos se abolió hace
mucho tiempo, aunque como se deduce de sus conclusiones y soluciones, este
señor se quedó anclado en la antigüedad.
Ya está bien de tanta ignominia,
de tanto farsante, de tanta discriminación, de tanta injusticia, de tanto
mangante, de tanto encubridor, de tanto juego político, de tanta basura social
gubernamental, de tanta distracción judicial, de tanta falta de valentía.
Hay que reaccionar, que son la
minoría haciendo de nosotros lo que quieren. Siendo nosotros la mayoría. ¿Por
qué no hablan de lo sucedido en Islandia?, no ha hablado ningún medio de
comunicación televisivo, no se han hecho eco del triunfo de una población que
ha mandado a sus corruptos gobernantes y banqueros a la cárcel, que les ha
despojado de su poder, que han sido valientes, y que han triunfado contra esa
minoría que les llevaba por donde a ellos les interesaba, pero que el pueblo no
se lo ha permitido.
Tenemos
que reaccionar contra los intereses de unos pocos, que nos oprimen, nos roban,
nos engañan y nos llevan a la ruina colectiva. Debemos unirnos contra el mal
social, esas mentes pervertidas donde no tiene cabida el bienestar general.
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