Este escrito va dirigido a los
más jóvenes, por la necesidad, que considero, tienen de centrar sus vidas. Hay
una necesidad imperiosa de adquirir formación en los momentos actuales, que
como todos sabemos es crítica y difícil en el terreno laboral y económico. Sin
embargo, muchos jóvenes tiran su precioso e irremplazable tiempo jugando con
sus ordenadores y sus móviles. Estudiar se les hace, a muchos, una cuesta
arriba casi insuperable, porque no han sabido crear el hábito de estudiar, no
han tenido la disciplina de fomentar este hábito desde la constancia, se han
aburrido y no le han dado la importancia que tiene.
Formarse es la dedicación
primordial de las personas jóvenes, y por supuesto de todos los demás que lo
deseen, pero es de vital importancia en los que están en edad de completar sus
estudios, adquirir nuevos conocimientos y habilidades, herramientas,
definitivamente, para valerse en el futuro, y desgraciadamente hay muchos
jóvenes que no han tomado conciencia de esto.
El mercado laboral cada día exige
más preparación, titulaciones más altas, conocimiento de idiomas, mayor madurez
para afrontar una vida independiente de tu familia, porque en muchas ocasiones
el puesto de trabajo que te van a ofrecer está en una población distante de la
tuya, y muchos jóvenes siguen metidos en su mundo de juegos virtuales y
aplicaciones diversas en su móvil. Sería muy importante que los más jóvenes
mirasen en la dirección en la que se está desenvolviendo la vida laboral,
formativa, etc., y dejaran de abstraerse en lo que solo es mero
entretenimiento.
He hablado en primer término de
la formación, por considerarlo un pilar fundamental para la satisfacción futura
de los jóvenes, y ahora me gustaría cambiar un poco de tema, hablando de un
segundo apartado, igual de importante y necesario que el anterior, que es la
educación, con todo lo que envuelve, refiriéndome a una forma de actuar, una
conducta con la que relacionarse con los demás y con el medio.
Observo una gran carencia, que me
cuesta creer les venga impuesta o enseñada de casa, aunque en algunos casos
será una dejadez de los padres, pero repito, me resisto a creer que este sea el
origen del poco respeto que muestran muchos de los jóvenes actuales.
Por circunstancias, que no vienen
al caso, llevo 8 meses compartiendo 6 horas al día con un grupo de 8 personas,
jóvenes, de edades comprendidas entre los 18 años y los 28 años, que son de
diferentes barrios, de diferentes familias, pero que todos muestran un
comportamiento parecido: casi ningún interés por la formación que se les está
proporcionando, mucho interés por los pitillos adulterados, mucho interés por
el sexo, mucho interés por sus móviles, no se lo que hacen, pero siempre que
les mire están tecleando en sus móviles, poco cuidadosos con el material ajeno,
bastante amigos de lo ajeno, suele gustarles hacer cosa, intencionadamente, que
fastidie a otros, son poco respetuosos con los demás, suelen ser impuntuales,
tiran papeles, tetrabrikes, bolsas, paquetes de tabaco, etc., al suelo con
total naturalidad, aun teniendo una papelera a 5 metros, que es el caso, y para
concluir, discuten la autoridad tratando de imponer la suya.
Lo expuesto es real, visto día a
día, que cada cual juzgue o llegue a su conclusión, pero este es un botón de
muestra de una parte de nuestra sociedad joven. Ahora, yo me pregunto cuáles
son las aspiraciones de personas que se mueven en esta línea de comportamiento,
yo no se interpretar si es la manera de manifestar su rebeldía, como siempre se
les atribuye a los más jóvenes para justificar esta extrapolación de la
normalidad en la convivencia. Realmente es preocupante el poco respeto que
manifiestan hacia todo, porque de esta forma su proceder choca con lo
éticamente correcto, convirtiéndose en una fuente de conflicto.
Los empresarios creo que no desean
conflictos en sus empresas, y el resto de las personas, al menos la mayoría,
queremos vivir, disfrutar, tener nuestro trabajo, y tener cuantos menos
problemas, mejor. Por tanto, dónde tienen cabida estos comportamientos, es por
ello, como decía al comienzo, que los más jóvenes tienen que darse cuenta que
pueden divertirse, pero que hay unas normas de conductas, que son necesarias
para su propio interés, y para relacionarse con los demás. Se pueden hacer las
mismas cosas pensando en los demás, y se puede mejorar tu mundo, empezando por
mejorarte tú. Por favor, intentadlo, que es posible.
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